Seducidas por sus largas líneas de la columna vertebral de su compañera que porta minifalda bastante alta y top seductor, vienen los besos ligeros entre las pantorrillas que esperan a ser devoradas por su húmeda y tibia lengua, entre tanto ese aparato vibratorio entre sus manos da paseos imaginarios por sus blancos cuerpos, humerales infinitos de eterna pasión.
Sus uñas perfectas se anclan en todo el pezón erecto, esperando a ser devorado de un beso envuelto de miradas asesinas, sus pies reclinados en el blando sillón parecen ser puentes colgantes para cruzar los mas peligrosos ríos sanguíneos.
Yo al otro lado de la habitación observo como se deshacen los besos en sus lenguas mágicas e inquietas, como sus uñas se purifican en lo mas adentro de sus pubis incansables e insaciables, veo como escriben sus nombres con gritos prehistóricos que brindan la mas extraña predicción de sus futuros, veo como se mueven en compases armónicos sin desincronización, compruebo que no hay guerrero mas peligroso que una mujer excitada y mas si lo hace alguien de su propio sexo.