Don Ivan no dejaba de recalcarme que no le llamara asi, constantemente me decia, "Don ivan no, Ivan". Nuestra charla fue casual, en su poetica embriaguez cuando llegaba a cantango le recite una frase que alguna vez me dijo y de la cual nunca me dijo su autor. Yo inocentemente le recalque que me quedaba debiendo el autor y el se me acerco y me dijo: "me queda debiendo el ron."
si, esta frase fue necesaria para que la noche se nos extendiera entre lecturas de Cortazar, descripciones de la muerte, debates sobre esta y sabias lecciones que no se quedaran en el lugar donde suenan los tangos sino en donde se cantan....
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