Por el oriente en medio de las montañas verdes el sol empieza a colarse, el sol es un extraño fugitivo que navega entre las nubes pasajeras que parecieren vencerle.
La tarde ha empezado desde muy temprano a robarle los segundos, los minutos las horas a la mística mañana que avanza como si llevase afán por que todo termine aquí.
La noche desvanece al día, al ritmo de un tambor que no deja de soñar, a ser tocado a cualquier hora del día.
La noche vence al día cuando este grita que todo termino…
El día y la noche se suceden en un grito que mis oídos no alcanzan a percibir… la nube vence al sol que salió por el oriente y de un momento a otro todo termina a mi alrededor, la nube trajo la lluvia, el cielo relampaguea y la tierra tiembla de frio y espanto, el cielo esta encendido de un amarillo violento que pareciera tragárselo todo…
Nuevamente el sol se engulle a la tierra de un suspiro…
¡Sucederá que en la tarde esa guerra cósmica se suicide de un susto aquí en la esfera terrestre y cuaternaria!
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