Me encanta el color que sale de tus ojos. Me enloquecen los colores con los que pintan el cielo y me pregunto por tu historia, y veo en tu rostro como cartas del tarot lo que piensas de mí, lo que buscas y quieres desechar. Me mata la duda de si quieres un amor romántico, poeta, desquiciado, lejos de la civilización, acompañado de levadura fermentada, lejos de los ojos de dios, donde nos sintamos tan solos que cada abrazo sea un acto de creación pura, una expansión de demonios, flechas de Cupido cargadas de fuego que queman la razón de quienes creen estar enamorados.
Me encanta como apareces en mis fantasías, una Eva sin pecados, picara y con espíritu libre, ajena a las ataduras de la realidad, sin cargas en tu espalda ni en tu sangre. Me tortura tu amistad, perversa, sabia y cognoscente de cada una de las cosas que siento por ti. Mi rostro muestra obviedad, y tú, con tus palabras y breves acercamientos sabes cómo alimentar mi deseo. Tu nombre lo poseo, y en cada canción que mi vieja grabadora entona, aparece disfrazado de notas graves, como tus sueños, agudas, como tus miradas. Se sincronizan en la lejanía que me atrae mas y mas hacia ti, y pienso en tus manos, que sudan, que guardan en si una herencia de fortuna, un egoísmo con tu deseo y una línea rota del amor. Y dibujo tu rostro, tu nariz que te hace humana, tu cabello brillante, con una capul que disfruto perturbar como símbolo de las ideas huérfanas, que quizás sí, quizás no, en las noches y algunas mañanas te hacen recordar mi nombre y mi rostro.
Guardo la imagen de que en tus manos hay un océano, donde yo, quisiera ser naufrago devoto de tu divinidad, allí donde mis sueños naden libremente recorriendo tu cuerpo, asustándote, como lo hacen mis palabras en este momento, causándote curiosidad y duda de si lo que digo es verdad, de cómo es posible.
Al final del escrito solo puedo decir que todo es verdad en mi mundo, producto de una fantasía que acompañada de un cigarrillo inspiran mis letras, mas en la realidad soy distinto pero no otro, solo un soñador por descubrir, y por si alguna vez decides asumir el reto, mis manos no poseen reloj, mi corazón menos y mi alma asincrónica sabe detectar el momento adecuado.
Este texto es para alguien incrédulo....!!!!
ResponderEliminar¡¡¡IMCREDULO!!!
ResponderEliminar