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miércoles, 29 de diciembre de 2010
Y si al LLegar que? - Por: Bernardo Ángel.
jueves, 25 de noviembre de 2010
Juego Lésbico - Por: Bernardo Ángel.
martes, 16 de noviembre de 2010
La Novel Total - Por: HAZ.
miércoles, 3 de noviembre de 2010
HABLANDO CON UNO DE LOS POETAS DE LA CEJA ANTIOQUIA
DÍA DE INVIERNO Y VERANO “DICOTOMÍA DEL CLIMA - Por: Bernardo Angel.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
domingo, 12 de septiembre de 2010
viernes, 10 de septiembre de 2010
PROPUESTA DE GUION....CONTINUIDAD EN LOS PARQUE
domingo, 5 de septiembre de 2010
Aqui Por: Arion Bastiaan
lunes, 30 de agosto de 2010
Sombra Por. HAZ
VISITA EL BLOG DE HAZ: http://vapordelechuza.blogspot.com/
Y aquí voy, de nuevo yo.Camino por las calles oscuras del pueblo, doy vuelta en la esquina donde todavía se ve una luz titilante, es una lámpara de esas que solían iluminar todas las calles en este mismo segundo pero de otro tiempo. Las sombras sugerentes que proyecta la lámpara me impulsan a aminorar el paso. Agudizo mis oídos y detengo totalmente mi marcha, trato de concentrarme en la sombra larga que se ve en la carretera da adoquines gastados, no se mueve pero pareciera cambiar con cada lapso pequeño de tiempo en que la luz se apaga. No puedo asegurar que está cambiando, pero tampoco puedo decir que es la misma. Mejor me quedo quieto, quiero sorprenderla cuando cambie de forma. Hace mucho frío pero no hay viento, solo el que experimentaba hace unos minutos cuando caminaba y rompía la frágil armonía de los átomos de aire. Pienso en ser un átomo, debe ser difícil saberse ladrillo del mundo, debe producir mucha tensión, no me quiero tensionar. ¡Ahí está!, se acaba de transformar en algo totalmente parecido a lo que era antes. No puedo pensar en nada, debo estar atento.Esa sombra está aprovechando para moverse en el mismo instante en que deja de haber luz, parece ser astuta, pero no puede ser más astuta que yo, una vez me gané el premio al más astuto en el colegio, recuerdo mi colegio, tenía muchos lugares para esconderme, siempre me escapaba de matemáticas para irme a fumar montado en algún árbol de la salida, o detrás de la capilla, en ese hueco lleno de raíces en el que nadie se metía, ahí fumaba y veía como se movía la tierra, siempre aparecían animales raros, bichos de esos que nunca se ven en un álbum de estampitas por feos y asquerosos. Sería bueno ser un bicho de esos y meterme debajo de las raíces y sentir toda la presión de la tierra mojada, no mejor no, no quiero sentirme presionado. Deben haber bichos debajo de la sombra, en las grietas de los adoquines, debe haber porque ahí se ve que sale hierba, ósea que debajo debe haber tierra, bueno eso creo, nunca he levantado un adoquín para ver que hay debajo. Esos adoquines llevan mucho tiempo donde están, se nota que muchas carretas les han pasado por encima, están todos quebrados en las puntas y algunos por la mitad, sería bueno ser adoquín, mmm, no mejor no, no quiero ser pisoteado. Ya no quiero destapar los adoquines para ver si hay tierra debajo, no los quiero desacomodar, deben haber tardado mucho para encontrar una posición cómoda para resistir.Yo no soy muy resistente, siempre me canso cuando me toca correr, por eso es que soy tan bueno para encontrar escondites, debe ser por el cigarrillo, mi mamá me dice que lo deje, que eso no es de niños buenos, pero yo no quiero ser un niño bueno, esos andan todos bien peinados en la calle comprando dulces y yendo a misas, a mi no me gustan las misas, siempre hay un señor vestido de vieja que habla de otro señor que se vestía igual pero parecía más vieja porque se dejaba el pelo largo, si no fuera por la barba hubiera dicho que era una señora cuando lo vi la primera vez.Yo creo que a mi mamá le gusta el señor que da las misas, porque siempre va media hora antes todos los domingos y se encierra con él en un cuartico oscuro disque para que la perdone, yo no sé porque la tiene que perdonar él, no creo que mi mamá le haya hecho algo malo, debe ser por algo que yo hice. ¡Se movió de nuevo! ahhh!!! Estaba pensando otra vez, tengo que dejar de pensar para poder pillarla en el mismo instante que se mueva. Ya me estoy cansando, me voy a sentar para esperarla más cómodo.Tengo ganas de un cigarrillo, pero no traigo candela, si tuviera candela prendería las hojas secas que vi amontonadas cuando venía, dos cuadras antes del parque doblando a la derecha. Claro que si tuviera candela lo primero que haría sería prenderme un cigarrillo, aunque le prometí a mi mamá que no iba a volver a fumar para que me recibieran en el colegio. Mierda, estoy pensando de nuevo. Debería hacerle caso a mi mamá, allá enseñan a no pensar, si hubiera seguido en el colegio ya habría podido descubrir la sombra en el mismo momento en que cambia. No entiendo por qué la gente no sale de noche, a mí siempre me gusta salir y ver las estrellas, me gustaría ser una estrella como mi papá, pero mi mamá todavía no me dice el secreto para serlo, ella dice que cuando crezca lo entenderé. Bueno espero crecer pronto, quiero espiar el mundo desde allá arriba. Siempre que espío desde aquí abajo me pillan, la vez pasada estaba viendo como mi profesor le metía la lengua en la garganta a la cocinera de la escuela, pero me descubrieron porque hice sonar una olla, estaba dentro de la alacena. Desde ese día todo cambió con mi profesor, siempre que me veía se ponía rojito, nunca entendí por qué. Ya entiendo por qué mi mamá se mete en el cuarto oscuro con el otro señor, ¡es para que mi papá no la pueda ver!¡Ahora sí! se está moviendo, está más chiquita, pero también se está poniendo menos negra, este es el momento, por fin voy a saber que es. Ahora si solo voy a ver y no voy a pensar en nada. Está mas corta y mas clara, mas corta y mas clara, mas corta y mas clara.¡Carajo salió sol!
Madrugo. Por: J. Andrés Jiménez Rodas.
viernes, 20 de agosto de 2010
Llega señalcultural: un nuevo espacio para mostrar lo mejor de nuestras celebraciones y fiestas
FESTIVAL DE CINE COLOMBIANO Telemedellin - AquIte ves
lunes, 16 de agosto de 2010
Un cafe y un Cigarrillo: Rinc�n Musical!!!
domingo, 15 de agosto de 2010
De Vuelta a Casa - Por: Bernardo Ángel.
La noche estaba completa como mi cuerpo, las estrellas estaban pegadas del cielo con hilos invisibles, la luna medio dormida entre despierta, entre en lo mas mágico y cósmico de la noche viendo en un solo punto cuando la luna mengua, ahí estaba descansada, ahí estaba tan hechicera como las brujas al salir en la madrugada.
La noche a pesar de estar fría, esta buena para una larga caminata que puede durar hasta un poco antes del amanecer, seguro que si no llueve voy a estar muy temprano mirando como las luces de la ciudad empiezan a apagarse una a una cuando empieza el nuevo día.
sábado, 14 de agosto de 2010
Exposicion!
EL CENTRO CULTURAL RICARDO RENDON BRAVO ABRIÓ DESDE EL 13 DE AGOSTO LAS PUERTAS A LA EXPOSICIÓN SILENCIOS PROFUNDOS.
PROGRAMENSEN: VA DESDE EL 13 DE AGOSTO HASTA EL 27 DEL MISMO MES.
Jorge Drexler - Disneylandia (Track)
sábado, 7 de agosto de 2010
domingo, 1 de agosto de 2010
Lluvia y sol Por: Jorge Andrés Jiménez Rodas.
jueves, 29 de julio de 2010
Libros y Letras
miércoles, 28 de julio de 2010
La Mirada Inconrrecta: Democracia Deliberativa Por: Carlos Augusto Hernan...
domingo, 25 de julio de 2010
Sentidos - Por: Arion Bastiaan.
Y entre más te veo, más recuerdo que no te veo y aunque no te veo, en más lugares, situaciones e ilusiones te veo.
Te oigo armónica aunque distante y como un susurro de melodías que tocan los sentidos, te oigo disonante, te oigo como una sinfonía, como la composición magnifica de un maestro inexistente, te oigo como un cumulo de melodías solo posibles en los confines de mi imaginación, inexpresable, inexplicable, imprescindible.
Te percibo con un aroma gris tenue y lúgubre hasta envolverme los brazos de cómo diría el poeta hecho cantante la hermosa y blanca mujer. Pero en tus brazos me perdería dichoso pues caería en un éxtasis que no soy capaz de soportar, te percibo en el aroma de los pastos y las flores, en el de la belleza de la amapola que me extasía y me droga, te percibo en el rocío de la mañana en lo más recóndito de la selva virgen, tú que eres virgen porque no te han explorado de las maneras más simples y complejas, que nunca se concentraron en tocar tu corazón, que nunca lograron emanar el alma hasta suspirar contigo.
Te saboreo como el más dulce néctar y me llenas, me satisfaces, me places cual ambrosia que no me deja sentir agonía, ni sed, pues en ti todo es colmado
viernes, 23 de julio de 2010
Dragones de Humo, Limosna y Señores de sus Billeteras - Por: Jorge Andrés Jiménez Rodas
APOLOGIA A LOS COLORES - Por: Bernardo Ángel.
jueves, 15 de julio de 2010
A Cuenta Gotas - Por: Bernardo Ángel.
martes, 13 de julio de 2010
Vagabundeando en la Red
Quien Fuera - Silvio Rodriguez.
Dos Mujeres - Por: Jorge Andrés Jiménez Rodas.
¿Cómo escribir con mis dedos masculinos una historia de amor que rompa el yin y el yang, que no acuda a la luna y el sol como las metáforas para explicar el cataclismo producido por un beso, una caricia de la mano de una mujer hacia el cuerpo de otra?
¿Cómo describir el amor de dos blancos puros, sin negros ni grises, con nada más que luz?, ¿Cómo dejar a un lado las sombras de emperador, las caricias bruscas de quien antes reposo su fusil en la esquina derecha del cuarto?
Una mujer, mas otra, cada una más hermosa entre más cerca, cada una más sublime a cada paso, en un amor sin fin, sin glándulas, sin deseos pervertidos, con una sola idea, con las ansias de recorrer a su igual, con las manos en trance, abiertas en sus poros, como receptáculos puros de placer, con el conocimiento ancestral de los lugares sensibles, de las presiones exactas, de la humedad indicada.
Un cuadro renacentista, que muestra una mujer, blanca como el deseo vivo en los ojos, pequeña como artesanía sutil y sin igual, con un cabello negro, con un pubis, delgado y delicado, una marca de la negación a no alzarse, a no sobresalir en quienes sentados creen haber encontrado el mágico control de una báculo cobarde al fuego que se enciende en medio de esta mujer y su amante.
Mas cobarde soy yo, mis dedos se detienen y exigen un cigarrillo mas, el fuego lo enciende y a la vez enciende mis fantasías, que no hacen más que revelar. Que con curiosa perversidad se acercan nuevamente a estas dos mujeres, la segunda un poco más alta, con cabello corto, con piernas delgadas y firmes, con sus senos anclados en sus hombros, solidos, como su alma, como sus ideas, que escapan a la redundancia de quien la quiere encoger. Dos mujeres de almas libres y cuerpos desnudos, que en su piel no revelan más que lo obvio, una vida, un caminar por ella, mil y una guerra en silencio, mil y una victoria forjada con sus finas voces. Dos cuerpos que se unen en contra del universo, apurados con la prisa del placer, transpirando en cada contacto, mirando hacia su interior mientras sus bocas húmedas y rojas se juntan, se acarician, labio a labio, con pequeñas sonrisas de certezas, con lentas intromisiones de lenguas inquietas que como mineros se hunden en el interior oscuro donde sus dientes, cual perlas, se deleitan con sinceridad. Una sinfonía sin instrumentos, una sonata en el silencio, unas manos que deciden encontrarse, que se apelan y encuentran la indulgencia para separarse y bajar lentamente sobre el pubis de su contraria, deleitarse con las finas caricias de unos bellos púbicos casi adolecentes, e ir aun más abajo para filtrarse en un sexo húmedo que conectado con el alma estremece todo el cuerpo, para columpiar sus dedos en un acto que condena a los puritanos. Dos corazones que hoy se encuentran en la humedad, en los tibios sollozos de haber encontrado una salida a los vicios, un orgasmo tras otro, un grito al caos, una representación del amor, mas allá de lo físico, mas allá de lo dicho, fugitivo de las palabras un acto que por respeto a tal perfección, que por admiración no puede y no puedo, al menos hoy, reducir a las palabras que escribo.
Agradecimiento - Por: Jorge Andrés Jiménez Rodas.
“Una planta que me regalo el portero porque le suplique que no la tirara a la basura, al parecer había muerto. Con sus tallos resecos la coloque junto a la ventana y deje de preocuparme por ella durante mucho tiempo. Sin embargo, cada mañana, la regaba, distraída, pensando en otras cosas. De pronto, ayer, no sé porque milagro, le surgió una hoja. Me sorprendió tanto que me puse a llorar. Comprendí que el amor es una gran agradecimiento al otro por existir.”
Donde mejor canta un pájaro, Alejandro Jodorowsky.
Deleitado con las gotas que suicidas se lanzaban de las copas de los arboles a el lago infantil de aquel campo los pensamientos se sentían inspirados y en motín acudían a la conciencia de aquel hombre sentado en el húmedo pasto. No solo este escenario avivaba las ideas, puesto que gracias a la tecnología y en contra del romanticismo de este escrito, el iphone de nuestro personaje agotaba su batería en las notas suaves del folclor argentino casadas con la voz de Mercedes Sosa.
El humo del cigarrillo danzaba iluminado por un sol tímido que apenas se atrevía a salir entre ese ejercito celeste de nubes nostálgicas que segundos antes habían hecho de este hombre un tierno animal desnudo en estos campos. “cambia todo en este mundo, y así como todo cambia, que yo cambie no es extraño”, estas palabras recitadas por Mercedes una vez más parecían dar apertura al nuevo sol, esta vez más intenso, revolucionario, como un proletario explotado, cansado de salir sin sentido, de ganarse el pan como obligación a un tercero.
Ante todos estos acontecimientos de la naturaleza, nuestro héroe, sentía navegar en el lago que era surcado en una barca de pensamientos unidos cual imanes, sentía que su cuerpo desnudo había encontrado en este estado un calor natural que la ropa de finas marcas le había robado antes, y pensaba sobre el tapiz de piel que protegía su mecanismo viviente. Lo recorría una y otra vez en sus pensamientos e imperfecciones, lo acariciaba con los recuerdos de las amantes que el pasado había arrebatado, lo limpiaba cual felino, con su lengua, saboreando las saladas esencias de su transpiración.
A su alrededor quedaban los restos de un libro que antes se encontraba leyendo y que se diluyo por la torrencial lluvia que antes lo había masajeado, para él, esto fue como una revelación, sin nada que leer más que las letras antiguas inscritas en la naturaleza, su vida sería el libro que ahora leería a la luz del campo, y los segundos futuros paginas en un blanco profético para escribir. Solo extrañaba no tener a su lado una mujer, blanca pero pequeña, de pelo cortó como protesta a la “debilidad” de su género, con senos pequeños pero lisos, y sin más carne en sus piernas que las necesarias para poder emprender una viaje a pie con él, con sus lecturas y prosas como música de fondo. Este sentimiento se resumió en un hondo suspiro que adopto la soledad como su compañía y ya con la batería de su iphone agotada, la música seguía sonando atrás de él acompañando fielmente la extensión de sus articulaciones que se disponían a ponerse de pie.
Una vez erguido sus pensamientos se precipitaron hacia sus pies pasando por cada una de las cicatrices de su cuerpo y su alma, invadiendo en pocos segundos la fragilidad de su naturalidad y dando a luz a una trascendencia. Un nuevo cigarrillo húmedo y frágil, difícil de prender mas no imposible, y allí parado, con un nuevo suspiro a la muerte, nuestro protagonista en su desnudes empezó a recolectar las hojas caídas en el suelo, unas cuantas de color rojo, otras ya marchitas y secas y en el lago que por la luz del sol altivo parecía ser blanco empezó a posicionarlas en forma de mujer.
Las hojas rojas sirvieron como cabello, las marchitas, con su color café claro se mesclaron con las pocas rojas que quedaban para dar vida a unos suaves y recatados labios, el resto del contorno se fue dibujando con complicidad de la física que solo por esta vez no dio formas redondas, sino que se apego a los caprichos de aquel que había colocado las hojas antes.
Un suave viento golpeo la tierra y dio movimiento a la figura en el lago que pareció emprender una marcha ansiosa hacia el centro de aquella reunión de agua…el hombre desnudo, sin mostrar sorpresa en su rostro empezó a seguirla sumergiendo lentamente todo su cuerpo, con la idea de que la lluvia ese día salía de la tierra para conquistar las alturas.
No paso mucho tiempo para que todo su cuerpo estuviera completamente dentro del agua, y allí ante la falta de una bocanada de oxigeno previo empezó a caer en una muerte sin desesperación. Este hecho podría marcar el fin del relato, pero el alma de nuestro héroe no decepciono al estereotipo de la muerte y se sintió en el túnel mortífero y veía sus recuerdos vitales pasar uno a uno mientras caían en el suspiro del olvido. Una vez allí, el túnel también se lleno de agua, y la luz al final se oscureció con una figura tímida que se mostraba como una silueta escrita en el corazón, como un suspiro ultimo a aquel tabaco, como un instante previo nuevamente hacia la incertidumbre.
Atraído como cucarrón, el hombre desnudo nado apresurado hacia ella, como si supiera la pertenecía de la silueta y temiendo la desaparición la busco con sus últimas energías de ¿vida o de muerte?, no lo sabremos, pues aunque la ficción me permita dar respuesta, temo a la vanidad de quien lo explica todo. Solo puedo describir que la silueta no desapareció, y se convirtió en una figura clara al frente de nuestro protagonista. Era una mujer mas blanca que las princesas de los cuentos, con unos ojos invadidos de palabras, con un pelo rojizo que daba un aroma bohemio al escenario, con un cuerpo débil solo en compensación a la infinita fuerza de sus ideas y con un libro en sus manos, adornado con el polvo que solo las grandes bibliotecas pueden otorgar. Allí frente a esta mujer el hombre no pudo distinguir si habían lagrimas en su rostro, pues la humedad estaba en todo su cuerpo, pero se consoló con la idea de que todo su cuerpo lloraba en ese instante de felicidad, por su cabeza pasaban sus manos espectrales como recuerdos dibujando con hojas a la mujer de la que ahora tenía la certeza: era la misma que estaba en frente, suyo dibujada con hojas, y no queriendo pervertir el momento con un beso o insinuación erótica el hombre se arrodillo tomando su mano y dejando caer el libro que estas sujetaban y entre burbujas y balbuceos dio las gracias mas grandes a esta mujer, que en sus últimos momentos existía para sus ojos.
Una vez allí, nuestro héroe murió como solo el podría haberlo deseado, como solo él se lo hubiera imaginado, murió, una vez el sol se escondía en las montañas, en sublime acto de amor mortífero, dejando como testigo una rosa pequeña que nación en ese bosque de guayacanes.
viernes, 9 de julio de 2010
sábado, 29 de mayo de 2010
ROCK AL PARQUE!!!!!!
miércoles, 26 de mayo de 2010
EL BUSCADOR DE PALABRAS Por: Jorge Andrés Jiménez Rodas.
El buscador de palabras se levanto este día al contrario no porque su cabeza estuviera donde deberían ir sus pies, sino porque al abrir los ojos empezó a soñar. La música, que ese día empezó a sonar en su computador pintaba sus paredes, pedazos de cielo, esquirlas de sol, polvo de luna, arboles violetas, girasoles huérfanos, un sinfín de metáforas alucinatorios, materias primas para la casa que algún día prometió, drogas que se cultivaban en su cabeza cada vez que veía sus ojos.
En esta mañana el buscador de palabras le madrugo al sol, su celular le gritaba insistentemente por la urgencia de la llamada que una vez por Messenger prometió, la inocente promesa de entregarse como un despertador parlante, programado quien sabe porque anhelos, quizás un beso, quizás algo mas allá de esto. Entre palabras dormidas que venían de ambos lados del teléfono celular los minutos no dieron tregua, una llamada de menos de sesenta segundos fue suficiente para sacar de su cabeza la duda, para programar un safari, que pronto tomaría forma con Fito & Fitipaldis, una canción, las nubes en tu pelo parecía la metáfora perfecta de lo que este hombre siempre había querido encontrar: un espacio allí en el cielo, entre las nubes donde su cigarrillo se consumiera rápidamente para voltear su cabeza y responder la sonrisa de la mujer al frete suyo.
¿Ahora entienden por qué el buscador de palabras se levanto soñando?, ¿ahora entiende por qué el encontraba en Fito & Fitipaldis la pregunta sobre cuantas flores para un ramo, cuantos versos para un poema? Y aunque las respuestas son inexistentes, aunque al otro lado del teléfono el voto en blanco reinaba sobre estas elecciones del corazón, poniendo a todo un estado en jaque mate por un empate entre el sí y el aun no se, este hombre, aventurero frente a la pantalla, callado ante los demás, con anhelos de ser grande, este buscador de palabras sonreía, creía inocentemente como un cachorro que pone su ojos sobre el hombre gordo en un restaurante que come un plato suculento, que algún día voltearían a verlo, que cada día que lograra mirar a esta mujer a los ojos regaba un cultivo del cual aun ella no conocía las propiedades del suelo, sembraba una semilla que ella aun no lograba encontrar en sus libros, la siembra de un hombre soñador, que nuevamente en la música de su computador encontraba las palabras perfectas - “siempre estoy soñando”- decía mientras sonreía melancólicamente pero con la certeza de que esa noche, unos minutos antes de que estas letras se agruparan en lo que quieren narrar, luego de hablar con la mujer que aun robaba sus inspiraciones, la persistente idea de que ella en esa noche, fría y húmeda, antes de decir a dios a la realidad que le impuso un verdugo, pensaría en el.
“no hay mejor lugar que entre las nubes de tu pelo para revolver las drogas con los versos, lo mejor del sol el brillo de la luna que es tu corazón…Loco trovador es tu canción desnuda, solo corazón…. ¿cuántas flores para una ramo, cuantos versos para un poema?’”
lunes, 24 de mayo de 2010
EL ULTIMO VAGÓN EN LA LLANURA Por: Bernardo Ángel.
El tren avanza en su carrilera con destino a un lugar lejano... voy a dormir en un vagón mientras llego a la estación del fin del mundo, allí a mi lado dos sombras se cobijan con sus cuerpos, protegiéndose del frio matutino, dos sombras que se encuentran y se abrazan, dos sombras que se encuentran y se amordazan, dos sombras que se buscan y se encuentran en medio de la luz apagada del vagón que me aleja de mi edad cromosómica, en el vagón el silencio es penumbra pero las dos sombras siguen impávidas... ¿de quien serán las sombras? ¿Del asesino y la muerte? ¿O del amor y el regocijo?... que orgasmo mental... soy único y me inspiran la llanura de su cuerpo y el tren en el que lo recorro... un tren sin rumbo fijo es como un cuerpo seco a la deriva, voy en el tren de la vida así como mi vida va en el tren del olvido. El tren se dirige a la verde llanura donde su funde el verde, verde de los arboles y el azul, azul intenso del cielo.
Es en esa verde llanura por donde se pasea una mujer, de cabellos ondulados, de sueños indescifrables, de cuerpo valiente, de alma pura y corazón limpio. Por la verde llanura va una mujer con pasos firmes y mirada profunda. Es en esa verde llanura donde me he perdido, y me he topado con sus sueños en lo hondo de la inmensidad, es allí donde mi cuerpo pareciera mas solido, es en la llanura de su espalda donde mi fe reposa, mis delirios se hacen hondos y mi cabeza se empina en busca de sus labios fugitivos.
La llanura lleva secretos, la llanura se traga a la majestuosidad de su cuerpo perfecto humeral de sueños encontrados y de historias indescifrables, de esos sueños que soñamos despiertos en el claro oscuro del día de lluvia que se traga la llanura, así como la manzana pecadora de Eva nos lleva al otro mundo.
Es en la llanura donde descubro el paraíso tras las ramas de su fértil cuerpo, la llanura en su cintura se hace mas extensa y me arrastra a una sombra inmemorial, donde el pecado es encarnado de sabores y aromas exquisitos, la llanura en su cuerpo se pierde en mis ojos como cual Adán se pierde tras la respiración de su Eva. La llanura amenaza con la ternura de sus labios en mi espina dorsal, donde reposa un vertiginoso efluvio de canciones y versos compuestos para ella que me espera en silencio. La llanura verde amenaza el ritmo del tren que avanza, pareciera tragársela por completo. El tren desafía a la verde llanura queriendo llevársela en uno de sus vagones, la llanura quieta al paso devastador del tren.
Yo miro de reojo al gran espejo de la estación en el fin del mundo donde esperan las ansias, donde la llanura se hace infinita y el se hace corazón valiente al grito del guerrero que firme espera el paso de los años, con el rostro longevo de tanto ir y venir como el viento, lleva entre sus alas el viento cortado de sus derrotas, termina una historia y la otra sin empezar, de su ombligo de luna cuelga un arete prehistórico, en su cerebro sus sueños juegan a soñar, en una mano, una historia y en la otra una copa, en sus cabellos una canción que se toca con el viento, en sus pies una poesía que se entona, en su boca un panal que se enciende, en su vientre una orquesta que no para...
Que paz... Que silencio entre mis labios, que ardor en mis manos que no dejan de rosar la sombra, que paño tibio el que cubre mi frío de soledad, ¿que amparo triste cuelga en mis orejas como anillo de hojalata?, ¿Quien vendrá por mi alma esta noche hilvana? ¿Quien se ira tras mis sueños que no paran? ¿Hay alguien aquí? pues solo las respuestas bastan para dar alivio a mi alma... ¿Quien vendrá esta noche por esta ventana que me arrastra?
La llanura y el tren juegan incasablemente entre las ramas de los olivos, entre las flores de los guayacanes que se encienden en luces amarillas casi fluorescentes, terminado abril y empezando mayo, únicos meses del año que estos arboles dejan preñados el piso con su olor, con su olvido como cada vez que el tren pasa por la llanura verde perfumada por el olor a mujer, por el fresco olor que dejan las alondras, en esa piel de mujer y aroma inmortal.
Ya terminado el viaje sin fin, recojo las maletas entre las sombras que me acompañaron en el silencioso viaje por la llanura, así como el guerrero empuña su espada al comienzo de batalla. En la estación se pasea un niño prendido del brazo de su madre, así como en mi mente viaja ella cuando la vi por vez primera en la llanura.
El tren la llanura se encuentran y se amordazan como el par de sombras del vagón en el cual yo viajaba, la llanura abraza al tren como el niño en la estación abraza la mano de su madre, el tren la llanura se pierden en los ojos del anciano de la estación que quiso ir a la guerra.